La ética empresarial es una cuestión importante en todo el mundo. Debido a la preocupación por el trato ético de los trabajadores y el medio ambiente en algunas partes del mundo, los países están promulgando leyes y restricciones comerciales para los proveedores que no cumplen con las estrictas medidas de protección que se esperan de ellos.
Para las empresas europeas, esto también ha puesto de relieve que las violaciones de los derechos humanos no son solo una cuestión ética, sino también un riesgo operativo. Con la nueva Directiva de la UE sobre la diligencia debida en materia de sostenibilidad empresarial (CSDDD), que entró en vigor el 25 de julio de 2024 y que todos los países de la UE deben transponer a su legislación nacional antes del 26 de julio de 2027 (Francia y Alemania ya lo han hecho, pero tendrán que reajustarla), esos riesgos están a punto de hacerse mucho más visibles.
Se trata de una ley histórica que exige a las grandes empresas asumir la responsabilidad de los derechos humanos y el impacto medioambiental, no solo en sus propias operaciones, sino en toda su cadena de valor. Desde el trabajo infantil y las condiciones de trabajo inseguras hasta la deforestación y la contaminación, la directiva tiene por objeto garantizar que las empresas identifiquen y aborden los posibles impactos negativos sobre los derechos humanos y el medio ambiente, asegurando el cumplimiento en toda su organización, así como en sus filiales y socios comerciales.
No se trata solo de marcar casillas. Se trata de generar confianza, proteger a las personas y al planeta, y preparar tu empresa para el futuro en un mundo en el que la transparencia ya no es opcional, sino esencial. En este artículo del blog, descubrirás qué regula la CSDDD y por qué es tan urgente y necesaria.
¿Cuáles son los requisitos de la CSDDD?
La directiva CSDDD exige a las empresas que integren en sus procesos comerciales las obligaciones de diligencia debida en materia de derechos humanos y medio ambiente. Las empresas deben:
- Identificar, evaluar y priorizar los riesgos y los impactos negativos sobre los derechos humanos y el medio ambiente en sus cadenas de suministro.
- Tomar medidas preventivas y mitigar los daños: violaciones de los derechos humanos y daños medioambientales.
- Tomar medidas correctivas cuando se produzcan daños.
- Establecer procedimientos de reclamación accesibles.
- Realizar revisiones de eficacia.
- Supervisar anualmente tus esfuerzos de diligencia debida.
- Desarrollar un plan de transición hacia la neutralidad climática que sea coherente con el Acuerdo de París.
Además, las empresas también deben llevar registros detallados y publicar tus declaraciones de diligencia debida en línea, para que sean accesibles a los reguladores y al público.
¿A quiénes afecta?
En la actualidad, las normas se aplican a las empresas de la UE con más de 1000 empleados y 450 millones de euros de facturación, así como a las empresas no pertenecientes a la UE con operaciones significativas en la UE. Las empresas más pequeñas no están directamente afectadas, pero muchas se verán impactadas como proveedores o socios en cadenas de valor más grandes.
Alemania y Francia ya están a la vanguardia, gracias a sus propias leyes nacionales —la Lieferkettengesetz y la Loi de Vigilance— que han sentado las bases para el cumplimiento de la CSDDD. Para las empresas que operan en estos mercados, la aplicación de la normativa puede llegar antes y con expectativas más estrictas.