La recuperación sin esfuerzo de los artículos se consigue gracias al diseño inteligente de las etiquetas, que incluyen marcas conocidas, texto claro y colores distintivos para las diferentes versiones.
Según el informe «Shopping Takes Only Seconds… In-Store and Online» (Comprar solo lleva unos segundos... tanto en tiendas físicas como online) del
Ehrenberg-Bass Institute of Marketing Science, los compradores dedican una media de solo 13 segundos a adquirir una marca en una tienda.
Como consumidores, interactuamos con las etiquetas de diferentes maneras en función de nuestros sesgos cognitivos y patrones de comportamiento. En el caso de las compras repetidas, una marca fácilmente identificable aumenta la confianza y reduce la fatiga de la toma de decisiones. Nos sentimos cómodos comprando lo que conocemos.
En las compras por primera vez, las etiquetas tienen más trabajo que hacer. Los compradores suelen tomar decisiones espontáneas, y las etiquetas actúan como indicadores clave de calidad, confianza y valor.
Las etiquetas transmiten información sobre el valor percibido y el precio. Las etiquetas bien diseñadas pueden justificar precios más altos y sugerir un mayor valor. También comunican información importante. Esto se puede lograr con un contenido muy detallado o de una manera más simplificada, haciendo mayor hincapié en la presentación visual, dependiendo del público.
Aquí es donde la impresión digital de alta calidad puede desempeñar un papel fundamental. Al ofrecer un texto nítido, imágenes claras y una reproducción precisa del color, los consumidores reconocen y confían más fácilmente en las etiquetas y, por lo tanto, en el producto que compran. La tecnología también puede abordar retos del sector, como el aumento de los costes de los materiales y la escasez de mano de obra. Por ejemplo,
AccurioLabel 400, combinado con el sistema
MGI JETvarnish 3D Web 400, permite a las empresas de impresión alcanzar una mayor eficiencia al tiempo que amplían los límites de la creatividad.
Para 2029, se espera que el 9,7 % del volumen de producción de etiquetas y el 27,5 % de su valor sean digitales. Este cambio pone de relieve las ventajas financieras y operativas de los procesos digitales, que incluyen la reducción de residuos, la disminución de los costes de inventario y la mejora de la resiliencia de la cadena de suministro.
También permite un diseño de etiquetas muy receptivo que tiene en cuenta cómo las consideraciones culturales y demográficas, como la edad, los antecedentes y los valores personales, influyen en la forma en que los compradores interpretan y priorizan la información de las etiquetas. Esto ayuda a las marcas a conectar y a interactuar.