El Método Walt Disney: La estrategia
Walt Disney es el inventor de Mikey Mouse, el creador de Patoburgo. Nadie pone su éxito en cuestión y por una buena razón: Walt Disney no fue sólo un soñador creativo con unas cuantas buenas ideas. Disney era también una persona realista y el crítico más implacable de sus propias ideas. Esto es lo que convirtió sus creaciones en éxitos globales.
En los 90, el autor Robert B. Dilts desarrolló una técnica creativa basándose en esas características: el Método Walt Disney. Se trata de ayudar a pequeños grupos de cuatro a seis personas a desarrollar nuevas ideas y soluciones. Para ello se utilizan tres roles que Walt Disney desarrolló durante su proceso creativo.
En su rol de Soñador, podía expresar su pensamiento creativo sin límites. En la siguiente fase se convertía en un completo Realista que analizaba sus propias ideas para saber si eran realizables. Finalmente Disney utilizaba su rol de Crítico inmisericorde. ¿Tienen sentido mis ideas? ¿Las necesito? De esta forma Disney era capaz de ver sus ideas desde varias perspectivas.
El Método Walt Disney de Dilts ayuda a los participantes adoptando exactamente esos tres papeles. Así, esta técnica permite la liberta creativa, establece una valoración sólida y conduce a ideas y medidas que pueden ser puestas en práctica.
La aplicación del Método Walt Disney
Cada uno de estos tres roles aparece en una fase diferente. Cada fase dura unos 30 minutos. Es importante que todos los participantes adopten el mismo rol en cada fase. Es de gran ayuda si cambias de escenario para cada una de las fases, porque ayuda a los participantes a adoptar el nuevo rol.
En la primera fase, lo único que cuenta es la idea: Los Soñadores dejan libre su creatividad. Es importante tener en mente que en esta fase todas las ideas son buenas. El equipo puede expresar en voz alta sus ideas y lanzarse a discutirlas entre ellos o bien cada participante puede tener ideas por sí mismo y luego intercambiarlas con los demás.
En la segunda fase, las ideas se ponen en cuestión. Es la hora de los realistas: ¿Qué necesitaríamos para ponerla en marcha? ¿Tiene fallos? ¿De verdad que pueda ser puesta en marcha? Se trata de filtrar las ideas iniciales y desarrollarlas.
Por último, aparece el crítico. Se toma una idea y se la pone del revés, evaluando sus riesgos y posibles errores: ¿Cuáles son sus debilidades? ¿Se ajusta a la empresa o al cliente? ¿Nos la podemos permitir? ¿Se ajusta al grupo objetivo? ¿Puede meternos en una controversia o en un escándalo? Si la idea pasa la prueba es que está lista para desarrollarla para el cliente.
¿Por qué utilizar el Método Walt Disney?
Principalmente, porque es de gran ayuda cuando un equipo está estancado en un callejón sin salida creativo y tiene poco tiempo para desarrollar nuevas ideas. La fortaleza del método está en sus resultados: Los participantes se sienten libres de expresar todas sus ideas, pero también tienen que pasar por todos los roles. A diferencia del brainstorming o brainwriting, va más allá de encontrar ideas, porque este método también las pone a prueba. Es la forma de generar estrategias completamente nuevas y soluciones eficientes en muy poco tiempo.